Todo niño y niña se pregunta a qué se dedicará al crecer. Pero, ¿cómo prepararlos para un mundo que sigue cambiando? ¿Quién hubiera pensado hace 30 años que ser piloto de drones o creador de contenido sería un trabajo?
Por eso, queremos destacar los beneficios que tiene el jugar en el desarrollo de diversas habilidades. En lugar de anotar hechos y cifras rígidas, los niños y niñas ahora perfeccionan su forma de pensar, crear, trabajar junt@s y probar ideas. Habilidades que necesitarán para prosperar a lo largo de sus vidas.
Físicas
Equilibrar bloques, plantar flores o hacer modelos con plastilina son juegos físicos que también desarrollan habilidades motoras finas.
Sociales
Cuando los niños y niñas trabajan en equipo para resolver problemas, generan empatía. También mejoran su propia salud mental y bienestar.
Emocionales
Cuando los niños y niñas pierden, sus corazones se expanden tanto como sus mentes y pueden distinguir cuando sus compañeros se sienten felices, tristes o frustrad@s.
Cognitivas
Dado que no sabemos lo que depara el futuro, los pensamientos flexibles los ayudarán a adaptarse a las nuevas carreras y desafíos de la vida.
Creativas
El juego creativo pone a los niños y a las niñas a explorar ideas, relaciones, espacios y problemas. Despierta confianza y curiosidad natural.
Como adulto, tu aliento lo es todo. Saber que estás ahí para compartir su interés y guiarlos (pero no controlarlos) hace que los niños y niñas se sientan aún más segur@s para probar cosas nuevas y seguir descubriendo el mundo.
En un juego simple y familiar como el de las escondidas, los niños y niñas descubren que son más resistentes, empáticos, concientes de su entorno y más estratégicos. Y cuanto más juegan, más entrelazan esas habilidades, creando un rico tapiz de capacidades en las que siempre pueden confiar.
Fuente: The LEGO Foundation